Patatas gratinadas luxemburguesas

1Pelad las patatas y cortadlas en rodajas finas (de unos 3 mm. de grosor). No lavadlas. Ponedlas en una cazuela.

2Pelad el ajo y cortadlo en trozos muy pequeños.

3Mezclad éstos con las rodajas de patata.

4Cubrid las rodajas de patata con la leche.

5Sazonad con sal, pimienta, cayena y unas cuantas ralladuras de nuez moscada.

6Poned la cazuela a fuego más bien fuerte y haced las patatas durante 4-5 minutos, o hasta que veáis que la leche se ha mezclado y ha engordado un poco merced al almidón soltado por las patatas.

7Llegado ese punto, añadid la mitad de la nata y llevad la cazuela a ebullición.

8Retirad del fuego, probad y corregid -si es preciso- de sal.

9Embadurnad de mantequilla un recipiente de gratinar.

10Este ha de tener las medidas suficientes como para que quepan en él todas las patatas, no siendo la altura del montón de éstas superior a 2 cm.

11Disponed las patatas en el recipiente junto con su ya cremosa leche.

12Añadid el resto de la nata y mezcladla bien.

13Esparcid unas cuantas pellitas de mantequilla por la superficie.

14Precalentad el horno a 160º.

15Hornead las patatas en la parte de arriba del horno durante una hora y media larga.

16Ideal para acompañar guisos sencillos de ave o carne asada.

17El gratinado será tanto mejor cuanto más despaciosa y poco arrebatada haya sido la cocción previa.