1Se fríen unas rodajas de pan.

2Los turnedós -gruesos de al menos dos dedos-se saltean en mantequilla.

3En la misma sartén se calientan unas láminas de trufa negra y luego se saltean brevemente tantos escalopes de foie gras fresco como turnedós se deseen; los restos que quedan en la sartén con esos dos salteados se disuelven ("desglasean") con un vino ligeramente dulce.

4Se monta un turnedó sobre cada pan frito, y encima se coloca un escalope de foie gras fresco -un dedo de grueso, o algo menos- y encima se ponen tres buenas láminas de trufa negra.

5Finalmente, se rocían con el desgraseado, y se sirven.

6Acompañar con un buen tinto de crianza.