RECETA
- 1/2 kg de azúcar
- 1/2 kg de almendra granillo
- 1/4 l de claras de huevo
- 1 pizca de esencia de vainilla o de vainilla en polvo
1Mezclamos todos los ingredientes en un cazo fuera del fuego, con una varilla batidora.
2Cuando consigamos una pasta bien lisa la arrimamos a fuego muy suave y sin dejar de remover, dejamos que se caliente e incluso surja un hervor imperceptible.
3Entonces retiramos la masa el cazo y la colocamos en un bol.
4Con ayuda de una cuchara sobre una placa aceitada, vamos estirando la masa en porciones como del tamaño de una nuez, muy separadas unas de otras, puesto que al hornearse se estirarán y si no las separamos, las galletas se juntarán.
5Es mejor hacerlas de pocas en pocas.
6Las horneamos a 160 °C, hasta que se doren en sus extremos pero queden blanquitas en su interior.
7Las despegamos con una espátula o cuchillo y las vamos apoyando sobre una botella o rodillo de pastelería, para que cojan forma de teja.
8Una vez frías, las comemos o las guardamos en una lata para que no se humedezcan.