RECETA
- Un cardo
- Medio limón
- Una cucharada sopera de harina
- 20 gr. De mantequilla
- Jugo de carne
- Unos huesos de tuétano
- Sal
1Corte cada tallo, pele los costados y los lomos si hiciese falta.
2Frótelos con medio limón y córtelos en trozos de unos 4 centímetros de largo.
3El tronco se corta en trocitos quitándole la parte dura del centro.
4Vaya echándolosen agua fría abundante con un chorro de zumo de limón.
5En un tazón ponga una cucharada sopera de harina y deslíela con agua ( esto para un cardo de tamaño mediano ).
6Viértalo en una olla y añada agua abundante para que esté holgado el cardo al ponerlo.
7Echele sal y póngalo al fuego, cubriéndolo con una tapadera no del todo cerrado para que no se salga el agua.
8Cuando empiece a hervir, eche el cardo y deje que cueza a fuego mediano por espacio de una o dos horas (según sea de tierno el cardo). Cuando esté a punto, escúrralo.
9Una vez bien escurridos, colóquelos en una cacerola previamente untada con mantequilla, vaya echándoles jugo de carne hasta que queden cubiertos.
10Deje que lleguen al punto de ebullición y luego métalos en el horno y deje que se hagan, rociándolos con el jugo sin cesar unos 15 minutos.
11Cuando falten 5 minutos añada el tuétano, que habrá preparado previamente cortándolo en láminas gruesas y echándolas en agua a punto de hervir.
12Retírelas del fuego y déjelas así unos dos minutos.
13Sáquelos con ayuda de la espumadera y escúrralos sobre un paño limpio. Salpimiéntelos.
14Sirva en seguida los cardos con el tuétano, ya que tienen que estar bien calientes.