1Se limpian las anchoas. Se abren como si fuesen para rebozar quitándoles la espina y la cola.

2Se colocan en una fuente o placa de horno fría sobre la que se habrá espolvoreado sal, pimienta y un poco de zumo de limón.

3Una vez extendidas y con la piel hacia abajo, se sazonan de nuevo con sal y una pizca de pimienta blanca en polvo.

4Se rocían con el zumo de limón y un poco de buen vinagre, que debe llegar en pequeñas cantidades a todas las anchoas.

5Se pone la placa con las anchoas unos segundos bajo el grill del horno para que pierdan el color de crudas y, al mismo tiempo, queden crudas por dentro.

6Se doblan como si no estuviesen desepinadas y se colocan en el plato formando un abanico.

7Se abrillantan con un pincel mojado en aceite de oliva. Se les espolvorea perejil y cebollino muy picado.

8Se adornan con 2 rodajas de guindilla rosa seca. Se vierte la salsa de perejil en la parte abierta del abanico y la crema de ajo adornada con un diente de ajo confitado en la parte estrecha.

9Para hacer la crema de ajo: Se ponen los 2 dl. de aceite en un recipiente en el que quepan justo los dientes de ajo pelados, guardando uno por ración con piel.

10Se hierven muy suavemente, sin que se doren, durante 10 minutos. Se escurren los ajos.

11Se pasan por un triturador y por un fino, añadiéndoles un poco de aceite y sal.

12Para la salsa de perejil: En un recipiente se pone a hervir agua sazonada con una pizca de bicarbonato.

13Se añade el perejil, se da un hervor y se escurre.

14Se tritura añadiéndole un poco de agua limpia sin bicarbonato.

15Se sazona y se pone a hervir ligándolo con cualquier fécula.