1Ponemos en un vaso las almendras que quepan del kilo que tenemos.

2Lavar las almendras y colocarlas en un cuenco con el azúcar y agua.

3Por cada vaso de almendras, colmado, se añade uno de azúcar raso, y una copa de agua.

4Se mezclan y se dejan reposar durante 24 horas.

5En el momento de hacerlas, colocarlas en un cazo de fondo grueso al fuego (lo ideal sería hacerlas en un cazo o caldero de cobre).

6Moverlas de vez en cuando con una cuchara de madera.

7Cuando se consuma un poco el agua y la espuma adquiera un color blanquecino, revolver sin parar, raspando los lados del caldero o cazo con la cuchara hasta que comiencen a secarse.

8Cuando estén prácticamente secas, y se note que empiezan a a crujir se apartan del fuego y terminar el proceso hasta que se suelten.

9Volcarlas en un mármol o similar, separarlas y dejarlas enfriar.

10Se conservan bastante tiempo en tarros o recipientes herméticos.