RECETA
Tarta de chocolate blanco sin horno
- ½ Paquete de Galletas María
- 3 Cucharadas soperas de Mantequilla (50 g aprox.)
- 1 Tableta de Chocolate blanco (180 g)
- 30 Gramos de Azúcar
- 250 Mililitros de Crema de leche o Nata
- 250 Mililitros de Leche
- 3 Láminas de Gelatina sin sabor
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Empezaremos la tarta de chocolate blanco por la base de galletas. Para hacerla, trituramos las galletas María hasta pulverizarlas. Aunque yo he empleado este tipo de galletas, tú puedes utilizar las que más te gusten. Puedes triturarlas en la licuadora, con la batidora o machacarlas a mano con un mortero.
Truco: Si quieres que la base de galletas quede más gruesa, utiliza el paquete entero.
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Una vez trituradas, haz un volcán e introduce en el centro la mantequilla fundida. Te aconsejo añadir la mantequilla poco a poco para que incorpores la cantidad a tu gusto. Si decidiste utilizar el paquete entero de galletas para que la base quede más gruesa, deberás añadir más mantequilla.
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Cuando se haya formado una pasta con las galletas trituradas y la mantequilla fundida, la colocamos en el molde y cubrimos toda la base. Utilizamos una cuchara para aplanarla y repartir la mezcla de forma uniforme.
Truco: Forra la base del molde con papel de horno para retirar mejor la tarta de chocolate.
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Reservamos el molde con la base de galletas en el frigorífico y empezamos a preparar el relleno de chocolate blanco. Es muy sencillo, cogemos una olla o cacerola, añadimos la nata, la leche, el chocolate troceado y el azúcar. Ponemos la preparación a fuego medio-bajo y dejamos que el chocolate se funda.
Truco: Este proceso puede llevarte de 20 a 30 minutos.
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Cuando el relleno empiece a hervir, le daremos vueltas con una cuchara de madera para evitar que siga hirviendo. Si es necesario, bajamos un poco más el fuego. Queremos que los ingredientes se integren y el chocolate se funda sin que la nata hierva en exceso. Por otro lado, hidratamos las láminas de gelatina en agua fría.
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Cuando el chocolate esté fundido, el azúcar disuelto y todos los ingredientes bien integrados, añadimos las láminas de gelatina hidratadas y mezclamos. Retiramos el relleno del fuego y dejamos que se enfríe un poco. Cuando esté tibio, lo vertemos sobre la base de galletas y reservamos la tarta sin horno en el frigorífico durante tres horas como mínimo para que cuaje.
Truco: Si la dejas toda la noche quedará mucho mejor.
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Cuando la tarta de chocolate blanco sin horno haya cuajado, ya podemos retirarla del molde. Si forraste la base con el papel de horno, verás que es mucho más fácil retirar el pastel frío para servirlo en un plato. Puedes decorarlo a tu gusto, con chocolatinas, coulis de frambuesa, sirope de fresa o, incluso, chocolate blanco rallado. ¡Deja volar tu imaginación y cuéntame qué te parece la receta! Lo cierto es que se trata de una tarta muy cremosa y suave, ideal para fiestas infantiles.