1En una parrilla, colocamos los ajos a una distancia prudencial para que no se quemen rápidamente (también pueden hacerse en el horno). Los tenemos ahí por espacio de unos 20-25 minutos, el tiempo suficiente para que se tuesten y los pequeños dientes queden asados y tiernos.

2Una vez asados, envolvemos los ajos en un par de hojas de periódico en un costado de la parrilla retirada del fuego, para que conserven el calor y terminen de hacerse.

3Mientras, tostamos las rebanadas de pan por sus dos caras y las colocamos sobre una bandeja.

4Rescatamos los ajos del interior del papel y con paciencia y ayuda de un cuchillo bien afilado, los pelamos, extrayendo de su interior los dientes de ajo asados, que tendrán aspecto de pequeñas almendritas blancas.

5Vamos colocando estos dientes de ajos asados sobre las rebanadas de pan, colocamos los filetes de anchoa sobre ellos y rociamos el conjunto generosamente con aceite de oliva virgen.