1Descongelamos la masa quebrada a temperatura ambiente, elegimos un molde que tenga la base desmontable.

2Estiramos la masa y con ella forramos el molde, recortando los bordes que sobresalen.

3Espolvoreamos la base con queso rallado, presionándolo con los dedos.

4Guardamos la tartaleta en la nevera.

5Limpiamos los champiñones y los cortamos en láminas, los ponemos en una sartén con aceite y los salteamos para que suelten todo el agua.

6En otra sartén mezclamos la mantequilla con la harina y la sal a fuego suave y sin dejar de remover con la cuchara, calentamos la mezcla durante 5 minutos, añadimos la pimienta blanca, la leche y removemos constantemente durante 15 minutos.

7Añadimos los guisantes, los champiñones y la nata, removemos todo durante 5 minutos más.

8Calentamos el horno a 200 grados, vertemos el contenido de la sartén en la tartaleta y metemos al horno durante 20 minutos.