1Con cuidado para no romper los bordes del molde, estiramos la crema pastelera en todo su fondo, estirándola con el dorso de una cuchara sopera.

2Esta operación la hacemos sin retirar aún el molde de metal para proteger los bordes de galleta.

3Si el molde es de fondo desmontable, lo podremos retirar más cómodamente.

4Sobre la crema pastelera acomodamos las frambuesas delicadamente, de la forma más bonita posible.

5Es mejor si amontonamos la fruta en el centro para que así tenga mucha fruta y quede mucho más sabrosa.

6Para finalizar la espolvoreamos con abundante azúcar en polvo para que quede bien nevada y la comemos cuanto antes.

7Conviene hacer la tarta y comerla cuanto antes para que no se reblandezca y quede bien crujiente y fresca.

8No debemos introducirla en ningún caso en la nevera porque la arruinaremos, quedando reblandecida.

9Podemos sustituir la crema pastelera por crema de limón o de pistacho y el resultado será pistonudo.