1Poner las ciruelas en una cazuela con agua templada para reblandecerlas durante 10 minutos. Escurrirlas y partirlas a la mitad.

2Poner en un cazo pequeño el vino tinto, los 50 g de azúcar y la piel rallada de limón.

3Poner a hervir, bajar la llama, añadir las ciruelas y cocerlas hasta que el líquido se haya evaporado.

4Retirarlas del fuego y dejar que se enfrien.

5Poner en un bol la mantequilla reblandecida y troceada, trabajarla con una espátula y añadir el azúcar restante y las yemas una a una.

6Agregar la harina tamizada junto con la levadura y mezclar para que no se formen grumos.

7Añadir las claras montadas a punto de nieve con un poco de sal y verter la mezcla obtenida en un molde untado con mantequilla y espolvoreado con pan rallado.

8Poner las ciruelas por la superficie e introducir en el horno durante 40-45 minutos a 180 grados. Desmoldar y dejar enfriar.