RECETA
- 300 gr Mejillones
- 1 calabacín mediano
- Cebolla
- Perejil
- Aceite
- Vino blanco
- Sal
- Pimienta negra
1Por un lado, pelamos el calabacín, dejando parte verde para que la sopa tenga un color vivo.
2Puedes dejar parte sin pelar o usar un pelaverduras, que corta más finamente la piel, con lo que queda aún mucho verde.
3Lo troceamos y lo ponemos a hervir en una cazuela con agua hasta que esté bien cocido.
4Cuando esté hecho, sacamos los trozos del agua y los pasamos por la batidora.
5Por otro lado, limpiamos los mejillones.
6Ponemos en una cazuela la cebolla picada con perejil y el aceite hasta que la cebolla esté bien pasada.
7Añadimos un buen chorro de vino blanco seco (en mi caso, fino, que era lo que tenía a mano), echamos los mejillones y tapamos hasta que se abran (unos cinco minutos).
8Cuando estén abiertos, los sacamos, reservamos algunos con una de las conchas para adornar los platos, y quitamos las conchas de los demás.
9Si son muy grandes, quitarles la parte gomosa de alrededor y trocearlos o desmenuzarlos, al gusto.
10Colar el caldo que ha quedado en la cazuela.
11Mezclamos el caldo colado con el puré de calabacín.
12Añadimos los mejillones sin las conchas, y si lo servimos en plato, ponemos uno o dos con concha en cada uno.
13En el último momento, podemos añadir un poquito de pimienta negra recién molida.