1Mezclar en un cuenco la harina, la levadura y la sal.

2Incorporar, frotando, la mantequilla.

3Agregar gradualmente el huevo y el suero de mantequilla.

4Volcar la pasta sobre una tabla enharinada, espolvorear la superficie con harina y amasarla el mínimo posible (el secreto del éxito reside en no trabajar la pasta con las manos, excepto una sola vez para estructurarla).

5Cortar trozos de pasta del tamaño de un huevo y aplanarlos con los nudillos, pero sin extenderlos con el rodillo.

6Pinchar cada trozo con un tenedor y cortarlo a cuartos.

7Pintar con manteca o mantequilla y enharinar una placa de horno y poner los bollitos en ella.

8Cocinarlos en el horno precalentado a 200º c. De 10 a 15 minutos o hasta que estén dorados.