1Seleccionar varios pescados, como por ejemplo bonito, atún, salmón, caballa, trucha, pescadilla, lubina o besugo, que estén fresquísimos.

2Quitarle la piel al pescado con un cuchillo muy afilado y de hoja lisa, limpiarlo escrupulosamente y despojarlo de espinas.

3Meterlo en el congelador hasta que esté lo suficiente firme como para cortarlo en lonchas de 5 milímetros de grosor, haciendo cada corte en un solo movimiento y sin serrar el pescado.

4Cortar el daikon (rábano gigante) en juliana muy fina y sumergirlo en agua muy fría durante 5 minutos.

5Colocar los pescados y el daikon de forma artística en una fuente y acompañar con una bolita de wasabi y con un platito con salsa de soja