RECETA
- 1 sandía hermos, bien dulce y sabrosa
1Partimos la sandía en dos, pelando una de las mitades.
2La otra la guardamos bien envuelta en la nevera.
3La mitad pelada, la partimos en pedazos gruesos, de un tamaño cómodo como para que entren por la boca de una licuadora de fruta, para hacer zumo.
4La licuamos y el zumo resultante lo ponemos en una bandeja ancha y con altura y la introducimos en el congelador, al menos unas 12 horas, para que quede el zumo duro como una piedra.
5El día que comemos este postre, pelamos la otra mitad de la sandía y la partimos en dados pequeños, de un tamaño como para que nos entre en la boca.
6Metemos estos pedazos en varios boles pequeños y en la nevera, bien tapados, para que se refresquen.
71 minuto antes de servirlo, sacamos la bandeja congelada de zumo de sandía y con ayuda de las púas de un tenedor, rascamos la superficie provocando que el zumo se convierta en un granizado fresco y abundante.
8Rápidamente colocamos este granizado sobre la sandía, haciendo un montículo que se desmorone por los costados y lo servimos colocando en la punta unas hojas de menta fresca.
9Si lo acompañamos con un helado de limón o de naranja o del gusto que nos apetezca, el postre es alucinante. Fácil y muy fresco.