1Se caliente una sartén, sin grasa.

2Se ponen los jitomates, constantemente se están volteando hasta que se queme la piel de una forma uniforme, por dentro estarán suaves.

3En el vaso de la licuadora, o de preferencia en un mortero, se ponen los ajos, los jitomates sin pelar, los chiles frescos.

4Se licua o se muele hasta obtener una textura ligera.

5Ahora se calienta el aceite en una sartén, añada la cebolla y acitrónela ligeramente (aproximadamente 3 minutos).

6Agregue los ingredientes licuados o molidos y sal.

7Cueza todo a fuego lento, raspando el fondo del sartén de vez en cuando, hasta que se reduzca y espese ligeramente (aproximadamente 8 minutos).

8La salsa tendrá pequeñas manchitas negras, de la piel del jitomate, que le agregarán una vista interesante.