1Cortar el conejo en trozos pequeños e irlos poniendo en una cazuela (si es de barro, mejor), salándolos ligeramente.

2Para preparar el salmorejo, que es una especie de salsa fría, se trituran en un mortero una cucharada de sal gorda, unos 6 dientes de ajo, una punta de cuchillo de pimentón y un par de pimientas.

3Tras machacar un rato, se añade un chorrito generoso de aceite y otro casi igual de generoso de vinagre.

4Este salmorejo se echa sobre el conejo, junto a otro chorrito de vinagre y un vasito de vino blanco, una hoja de laurel y un poco de romero y de tomillo.

5Se revuelve bien todo y se deja entre 4 y 12 horas (al gusto) para que la carne coja el gusto.

6Después se fríen los trozos de conejo y se van pasando a un recipiente.

7El salmorejo sobrante se calienta con un poco de aceite y se vierte en el mismo recipiente que el conejo.

8Se le da un hervor, y ya está.