1Precalentar el horno a 200º C.

2Engrasar una bandeja para horno de unos 15 x 20 cm.

3Aproximadamente y espolvorearla generosamente con la mitad del queso parmesano.

4Con la ayuda de un tenedor, escurrir el agua de las espinacas cocidas, y triturarlas.

5Ponerlas en una cazuela con la mantequilla y rehogarlas suavemente hasta que estén calientes.

6Retirar la cazuela del fuego y añadir las yemas de los huevos, mezclándolas con las espinacas hasta que queden bien incorporadas.

7Batir las claras hasta que estén espumosas no es necesario que lleguen a punto de nieve y añadirlas a las espinacas.

8Sazonar la mezcla con sal, pimienta y nuez moscada.

9Disponer las espinacas sobre la bandeja de horno, haciendo que la masa quede algo separada de los bordes y alisándola con el reverso de una cuchara.

10Asar durante unos 15 o 20 minutos, hasta que la masa haya subido, esté dorada por los bordes y cuajada en el centro.

11Poner un paño de cocina sobre la mesa de trabajo.

12Cubrirlo con papel antiadherente de cocina y espolvorear sobre él el resto del queso parmesano.

13Volcar la masa de espinacas sobre el papel y dejar que se enfríe completamente.

14Esparcir por encima el queso ricotta. Enrollar la masa, a partir de uno de los lados más largos.

15Recortar los bordes con un cuchillo afilado.

16Si el rollo se sirve frío, ponerlo en una bandeja de servir.

17Si se sirve caliente, ponerlo en una bandeja de horno y calentarlo durante 5 o 10 minutos.