1Trocear el pescado, ya limpio, a daditos; ponerlo en maceración cubierto de zumo de limón y sazonado con sal y pimienta. Dejar reposar durante una noche, o varias horas.

2Picar muy menudos los demás ingredientes, a excepción de la lechuga.

3Escurrir el rodaballo, pero reservar el jugo.

4Unir el pescado en un cuenco con los ingredientes picados.

5Verter por encima la mitad, aproximadamente, del zumo de limón de la maceración (o todo si se prefiere). Dejar reposar de nuevo durante una hora.

6Cubrir el fondo de dos cuencos individuales con las hojas de lechuga; distribuir encima el pescado; rociar con el aceite.

7Servir muy fresco.

8Se puede acompañar con galletitas saladas.