1Calentar el horno a 200 grados centígrados.

2Atar el redondo de la manera habitual, para evitar que se deforme (se puede pedir que lo aten en la carnicería).

3En la propia bandeja del horno que se vaya a usar o, si ésta no es adecuada, en una sartén grande, dorar la carne; en el mismo aceite, rehogar un par de cebollas, cortadas ai cuartos, y tres o cuatro dientes de ajo. Espolvorear el redondo con pimienta y un pellizco de hierbas aromáticas; incorporar ahora la mitad del vino y reservar el resto en un lugar templado.

4Introducir la bandeja en el horno. Asar durante unos 45 minutos. Rociar de vez en cuando con su propio jugo y con el resto del vino que habíamos reservado.

5A mitad de cocción, salar la carne. Mientras el redondo está en el horno, preparar las hortalizas escogidas para la guarnición y cocerlas al vapor, de modo que queden un poco «al dente». Condimentarlas con una cucharada de margarina vegetal o mantequilla.

6Cuando esté listo el asado, apagar el horno y dejar reposar la carne unos 10 minutos. Después, quitar e1 cordel que lo ataba y cortarlo a rodajas finas.

7Pasar el fondo de cocción por el pasapurés; reducirlo a fuego vivo o espesarlo con una cucharadita de fécula de maíz diluida en un poco de agua, si ha quedado demasiado claro.

8Servir el redondo recién hecho o frío, según se prefiera, acompañado por su guarnición.

9La salsa se presenta caliente en una salsera.