1Ponemos abundante agua ligeramente salada a hervir, añadiendo una pizca de azúcar.

2Añadimos los espárragos finamente cortados y cuando vualvan los hervores, los escurrimos.

3Los colocamos de nuevo en la misma cazuela, escurridos y vertemos el caldo o el agua.

4Si añadimos agua, la enriquecemos con una pastilla de caldo concentrado de buena calidad.

5Arrimamos a fuego suave y hervimos por espacio de unos 15 minutos, tapado y sazonando ligeramente.

6Pasados, trituramos perfectamente la sopa, con ayuda de una batidora potente.

7Mientras, mezclamos las yemas de huevo con 6 cucharadas de nata.

8Lo añadimos al batido y continuamos unos segundos hasta que esté perfectamente ligado.

9El fuego estará muy suave, arrimando de nuevo la sopa sin dejar que hierva.

10Justo que coja temperatura para que la yema espese y emulsione la sopa.

11La colamos, la enfriamos perfectamente y le añadimos las restantes 6 cucharada soperas de nata, batiéndola una vez más para que quede bien fina.

12La sazonamos, añadimos si fuera necesario una pizca de azúcar y la servimos helada, como si fuera una vichysoisse.

13Acompañarla con costrones de pan tostados, dados de jamón o queso de Burgos.

14Si la servimos con unas puntas de espárrago blanco salteadas, queda estupenda.

15También podemos usar como guarnición unas yemas de espárrago blanco en conserva, cortadas en dos, usando el jugo de la lata para mezclarlo con la sopa, para que deje un buen gusto en ella.