1Cortar el solomillo en raciones, de unos 250 g aproximadamente.

2Dorarlos en la sartén, con un poco de aceite y a fuego vivo. Sazonar.

3En un cazo de fondo grueso, con un poco aceite, rehogar la cebolla cortada fina.

4Cuando empiece a tomar color, flambear con el brandy.

5A continuación, incorporar el queso, remover y dejar cocer a fuego lento hasta que quede una crema.

6Verter la leche poco a poco y reducir, trabajando con cuidado para ligar la salsa.

7Salpimentar, retirar y conservar caliente.

8Cubrir con esta salsa los solomillos recién hechos.