1Cortar el hojaldre en cuadrados de 5 x 5 centímetros y con un descorazonador de manzanas u otro utensilio similar, sacar un circulo del centro. Esto es necesario para que absorban mejor el almíbar.

2Colocarlos en la placa de horno forrada de papel de hornear y cocer a 190ºC hasta que estén dorados y secos.

3No abrir el horno a media cocción, pues el hojaldre se bajaría.

4En una cacerola poner el agua con el azúcar, la miel y las gotas de limón, llevarla al fuego y esperar a que hierva unos minutos, entonces y sumergiendo, los hojaldres ya cocidos, en este almíbar caliente, dejándolos unos minutos por cada cara hasta que estén bien húmedos.

5Escurrirlos y depositarlos en una bandeja.

6Consumirlos al día siguiente, para que les den tiempo a reblandecerse.

7Deben de quedar tiernos y jugosos.