1Se tienen los garbanzos a remojo por espacio de veinticuatro horas.

2Al día siguiente se escurren y se lavan con agua templada, echándoles en un puchero con agua hirviendo y un par de cucharadas de aceite.

3Se dejan cocer suavemente hasta que estén tiernos.

4En una sartén se pone el aceite, se calienta y se fríen las cebollas finamente picadas, los ajos y la rama de perejil.

5Todo ello se echa al mortero, se machaca y se hace una pasta que se deslíe con un poco de caldo de los garbanzos.

6Se escaldan las espinacas en agua hirviendo durante dos minutos, se refrescan en agua fría, se pican finas y se agregan a los garbanzos.

7Se pone a remojo en agua caliente el pimiento seco, y ya remojado, se raspa con una cuchara, echando las raspaduras en el mortero, se agrega la yema cocida del huevo y se machacan ambas cosas, se deslíen con un poco de agua y se vierten sobre los garbanzos.

8Se sazona de sal y pimienta y se deja cocer despacio hasta que queda en su punto (unos quince minutos).