1Untar un molde rectangular de 20 x 30 cm con mantequilla.

2Colocar la leche en un cazo al fuego, junto con la ramita de canela, y dejar que hierva.

3Colocar las yemas en un cuenco, batirlas, agregar el azúcar y la maicena y trabajar bien.

4Incorporar la leche hirviendo, después de retirar la ramita de canela, removiendo con una cuchara de madera.

5Colocar el preparado en una cacerola y ponerla a fuego bajo.

6Dejar que hierva, bajar la llama al mínimo y continuar la cocción, hasta obtener una crema espesa.

7Retirar la cacerola del fuego, agregar la mantequilla y remover bien.

8Pasar la crema a un cuenco y enfriarla en una baño María con agua fría y hielo.

9Montar las claras con la sal, a punto de nieve bien firme e incorporar con movimientos envolventes.

10Verter en el molde e introducir en el congelador 3-4 horas.

11En el momento de servir, distribuir 1 ó 2 cucharadas de nata líquida en cada plato de postre.

12Desmoldar el helado, cortarlo y servirlo sobre la nata.

13Espolvorear con canela y servir al momento.