1Se unta una placa de horno con aceite.

2Con la harina, la mantequilla, y los huevos, se prepara una masa de levadura.

3Una vez lista la masa se corta en trozos pequeños, que se estiran con el rollo untado de aceite hasta dejarlos muy finos.

4Luego se pintan con la manteca de cerdo derretida y casi fría y se doblan, repitiendo después la operación de estirarlos y pintarlos.

5A continuación se enrollan como si fueran cigarros puros, estirándolos hasta dejarlos en una tira de unos 25 cm.

6Después, se envuelven en forma de espiral y se colocan sobre la placa preparada, separando las ensaimadas unas de otras ya que aumentan al fermentar.

7Se tapan, dejándolos reposar en un lugar templado durante 2 horas.

8Después se pulverizan con un poco de agua fría y se cuecen en el horno a temperatura fuerte por espacio de 12 minutos.

9Ya dorados, se sacan del horno y se espolvorean con azúcar glas.