1Se prepara la pasta trabajándola no mucho pero rápidamente, hasta que no se pegue en las manos.

2Se envuelve en una servilleta y se guarda en el frigorífico durante unos 15 minutos.

3Con esta pasta se forran los moldes.

4En el fondo y sobre la pasta de cada molde se colocan dos o tres garbanzos para conseguir que la pasta suba correctamente.

5Se meten al horno caliente hasta que se dore la pasta.

6Cuando estén fríos se desmoldan y se rellenan, por ejemplo, con champifiones, ensaladílla, etc.