1Cortamos el solomillo en medallones de 1 cm aprox. y lo secamos muy bien con papel de cocina para que pierda toda la humedad.

2En una cazuela con un fondo de aceite ponemos los ajos machacados de un golpe o cortados por la mitad pero dejando la piel.

3Cuando empiecen a tomar color ponemos los solomillos y los vamos sellando por los dos lados. Esta carne tiene muy poca cocción, así que un minuto por cada lado debe bastar. Cuando estén medio hechos (y no antes) los salpimentamos. Si lo hacemos antes sueltan líquido con más facilidad y se nos pueden cocer en lugar de dorarse.

4Incorporamos un vasito de vino y el perejil picado si quieres. Subimos el fuego y en cuanto evapore el alcohol retiramos. Servimos al momento.