1Lave los muslos de pollo con agua fría y sequelos con un trapo limpio.

2Mezcle la harina con la pimienta la sal y el tomillo: enharine los muslos con esta mezcla.

3En una cacerola honda ponga a calentar el aceite.

4Cuando esté bastante caliente, aunque sin llegar a humear, eche en el 2 o 3 muslos, según el tamaño de la cacerola y deje que se fría a fuego medio hasta que adquieran un hermoso color dorado.

5Fría de la misma manera los muslos restantes.

6Consérvelos calientes hasta el momento de llevarlos a la mesa.