1Lavar las hojas de perejil en abundante agua, adicionada de unas gotas de lejía o de vinagre. Escurrirlas y secarlas bien.

2Les retiramos los tallos, sólo usaremos las hojas para hacer el pesto.

3Las introducimos en el vaso de una batidora con el queso, el ajo, las avellanas o las almendras y el zumo.

4Accionamos la máxima potencia, añadimos sal y con cuidado, como si se tratara de una mayonesa, vamos añadiendo en fino hilo el aceite de oliva, para emulsionar la salsa.

5Antes de retirarla comprobamos que esté bien sazonada y si acaso añadimos un poco más de sal y de zumo de limón.

6La usamos de inmediato y la que sobre, la guardamos en un frasco bien cerrado, en la nevera.

7Antes de su utilización, la volveremos a dar vueltas con ayuda de una cuchara, para ligarla correctamente.

8También podemos hacer la salsa en el mortero, pero es más engorroso.