1Poner un vaso de aceite de oliva en una sartén y freír la matalahuva y la cáscara del limón. Apartar la sartén, colar el aceite y reservarlo, tirando la cáscara y la matalahuva.

2Aparte, amasar la harina con el aceite templado, un poco de levadura, el vino , el zumo de la naranja y una pizca de sal. Unir bien hasta conseguir una pasta consistente, agregando o reduciendo harina. Tapar y dejar reposar la bola de masa durante una hora.

3Poner la masa en una mesa plana o mármol y pasarle un rodillo o botella para aplanarla y dejarla fina de espesor.

4Cortar con el borde de un vaso o a cuadrados con un cuchillo, y se doblan hacia arriba uniendo dos puntas enfrentadas.

5Poner en una sartén el otro vaso de aceite de oliva e ir friéndo los pestiños, apartándolos al dorar, bien escurridos.

6En otra sartén grande, calentar la miel rebajada con un poco de agua, y cuando empiece a hervir ir echando los pestiños fritos anteriormente, dejándolos empapar (enmelar). Sacarlos a un fuente.

7Dejarlos enfriar y espolvorearlos azúcar fina o bolitas de anís para decorar.