1Abrir las pechugas de pollo, pero sin dividirlas del todo y aplanarlas un poco, sazonar con sal y pimienta, teniendo en cuenta que el jamón serrano es sabroso, poner una loncha de jamón serrano y luego encima una de queso, eso hacerlo en cada pechuga, cerrar si se quiere poner un palillo. Pasar primero por harina, luego por huevo batido y finalmente por pan rallado. Dejar reposar en la nevera sin tapar durante una hora. Luego freír en abundante aceite y haciéndolo de forma que se vayan cociendo por dentro y dorándose por fuera. Es decir que queden bien hechas y jugosas por dentro, pero sin quemarse por fuera. Escurrir sobre papel absorbente y servir con una guarnición al gusto.