1Pelar, lavar y cortar en trozos las patatas.

2Ponerlas a cocer en una cazerola cubiertas de agua fría, con una hoja de laurel y un chorrito de aceite de oliva.

3Cuando rompan a hervir se baja el fuego y se cuecen a fuego medio durante unos 30 minutos (dependiendo de la clase de la patata).

4No quitar el agua a las patatas después de cocidas.

5Mientras tanto, se lavan bien las almejas con agua abundante y sal.

6Se ponen en una sartén con un vaso de agua y a fuego vivo.

7Se sacude la sartén y cuando se vayan abriendo las almejas se retiran de una en una quitándoles una de las conchas.

8Se cuela el jugo que han soltado por un colador con un trapo fino dentro para que no pase nada de arenilla.

9En otra sartén se pone un chorro de aceite a calentar; cuando está a punto, se añade la cebolla y dos dientes de ajo muy picados hasta que la cebolla

10Esté transparente, se añade entonces el pan rallado, se rehoga un poco y después se pone la otra hoja de laurel, el vino blanco, el agua de cocer las almejas y la sal.

11Se da unas vueltas y se añaden las almejas.

12Se saltea todo junto y se echa en la cacerola sobre las patatas ya cocidas.

13Se mezcla todo bien y se prueba de sal.

14Se mantienen un poco más a fuego lento y ya están.