RECETA
- 500 gramos de miel
- 500 gramos de azúcar
- 250 gramos de mantequilla
- 1 kgr. harina
- 3 huevos
- 3 cuchara de postre de bicarbonato
- 12 cl. leche
- 1/2 cuchara de café de sal
- 1 cuchara de café de canela
- 1 cuchara de café de jengibre
- 1 cuchara de café de clavos
- 1 cuchara de café de cardamomo
- 30 gramos de frutos secos picados
- 3 cucharas soperas de cáscara de naranja; finamente cortada
- Confitura de ciruelas o mazapán.
- 15 gramos de mantequilla
- 2 cucharas soperas de azúcar
1Calienta juntos gradualmente la miel, el azúcar y la manteca casi hasta el punto de ebullición. Deja enfriar.
2Trabajando la mezcla con las manos, agrega gradualmente la harina, los huevos, el bicarbonato disuelto en la leche, la sal y las especias.
3Añade los frutos secos y la cáscara de naranja, frita en la mantequilla con las 2 cucharadas de azúcar.
4Da forma de bola a la pasta y ponla en un cuenco cubierto con una servilleta.
5Déjala reposar varias horas en un lugar fresco o toda la noche.
6Divide la pasta en tres partes, extiéndelas y coloca cada una en un molde rectangular.
7Cuece en el horno a 180º durante 40 minutos o hasta que los pasteles estén ligeramente tostados y presenten un tacto firme.
8Los pasteles salen duros al principio, pero al cabo de 2 a 3 días se vuelven tiernos y se derriten prácticamente en la boca.
9Una vez frías, las capas se superponen intercalándolas con la confitura o el mazapán.
10Puedes utilizar dos rellenos diferentes.
11Una vez rellenado, el pastel ha de recubrirse con una hoja de papel y prensarse con una tabla o unos cuantos libros.
12Este pastel se conserva largo tiempo, en particular si se guarda en un lugar fresco.