1Se limpian bien los níscalos y se cortan en trocitos.

2A continuación se cuecen durante unos 15 minutos en agua con sal. Se escurren bien.

3Seguidamente, se prepara en una cazuela una mezcla de cuatro vasos de agua y dos de vinagre, y se calienta hasta que hierva.

4Mientras esta mezcla se calienta, en unos tarros se ponen los níscalos de la siguiente manera: se pone una capa de níscalos, y sobre ella, unas tres o cuatro aceitunas y uno o dos dientes de ajo, dependiendo del tamaño y a gusto de los comensales.

5También se añaden un poco de tomillo y orégano al gusto.

6Esta operación se repite sucesivamente hasta rellenar los frascos que sean necesarios.

7Finalmente se cubren los frascos hasta arriba con la mezcla de agua y vinagre caliente, y para una mejor conservación se añade al final un chorrito de aceite hasta que lo aísle completamente.

8Lo último que queda es esperar de tres a cuatro semanas para que todo se macere bien.