1Cogemos una cazuela de barro y le ponemos el aceite, cuando esté caliente, añadimos los ajos y a continuación los jamoncitos de pollo. Los vamos dorando a fuego lento para que también se hagan por dentro.

2En el momento que empiecen a dorarse, echamos el vino blanco y dejamos que se consuma el alcohol. En el momento de consumirse el alcohol, le añadimos los tomates cortados por la mitad. En este momento le añadímos la sal a los tomates y al pollo, a los dos o tres minutos le añadímos el caldo.

3Lo dejamos que se vaya haciendo a fuego lento, hasta que se haya evaporado practicamente todo el caldo y el tomate esté deshecho. Lo servímos bien caliente en la misma cazuela.