1Rallamos el queso y lo reservamos.

2Calentamos la leche sin que llegue a hervir.

3En una cazuela ponemos a calentar la mantequilla, cuando se haya derretido espolvoreamos con la harina, dejamos que se fría pero sin que coja color amarillento.

4Vertemos poco a poco la leche caliente.

5Removemos continuamente para evitar que nos salgan grumos.

6Un vez elaborada la bechamel, añadimos el queso removiendo para que deshaga, sin que hierva.

7Ponemos a punto de sal y vertemos en una fuente ligeramente untada con mantequilla. Dejamos enfriar unas 4 horas.

8Una vez fría la masa, hacemos porciones con la ayuda de dos cucharas, pasamos por harina, huevo y pan rallado y freímos en abundante aceite caliente.

9Una vez fritas las colocamos en un plato con papel de cocina para que suelte el exceso de aceite de la fritura.

10Servimos calientes acompañado de una rica ensalada de tomates, por ejemplo.