1En una cazuela, pon los frutos del bosque con el azúcar y el zumo de limón. Déjalos macerar unas horas (Si están congelados, deben dejarse unas 6 horas).

2Pasado este tiempo, pon la cazuela a fuego lento y remueve de vez en cuando. Deja cocer unos 35-40 minutos, hasta obtener una textura de mermelada.

3Si quieres una textura más fina, puedes triturar la mermelada con la batidora o el pasapurés.

4Pon la mermelada caliente en tarros de cristal previamente esterilizados y ciérralos bien. 

5Para hacer el vacío, introduce los tarros de mermelada en una cazuela con agua hirviendo durante 30 minutos. Otra opción es darles la vuelta y mantenerlos así unas 24 horas. De este modo, la mermelada se conservará perfectamente durante unos meses.

6Si quieres preparar la mermelada light, puedes utilizar fructosa en lugar de azúcar (unos 200 gramos).

7Si te gusta la mermelada más espesa, puedes añadir a la cocción media manzana rallada en trozos muy pequeños. En este caso, el tiempo de cocción puede reducirse, ya que espesará antes debido a la pectina que contiene la manzana.

8Antes de rellenarlos de mermelada, se deben esterilizar para evitar contaminaciones. Para ello, se deben introducir en una cazuela con agua hirviendo durante 10-15 minutos. Después, se escurrirán y secarán bien, tratando de no tocar el interior de los botes.

9En el mercado se pueden adquirir bolsas de frutos del bosque congelados todo el año. Si optas por frutos del bosque frescos, la mejor época del año es el otoño. En este caso, puedes mezclar frambuesas, arándanos, grosellas, moras...