1Lavar el pescado, secarlo con papel absorbente y cortarlo en rodajas más bien gruesas.

2Colocar el pescado en un recipiente de loza o cristal.

3Exprimir el limón regar el pescado con el zumo.

4Salarlo ligeramente, taparlo con un paño o con un trozo de papel de aluminio y dejarlo reposar unos 30 minutos en el frigorífico o en un lugar fresco.

5A continuación, poner un cazo o cazuela con agua al fuego;

6Cuando comience a hervir, echar los tomates y escaldarlos durante 2 o 3 minutos.

7Sacarlos, pelarlos y picarlos.

8Calentar la mitad del aceite en una sartén y rehogar la cebolla, picada, con la mitad del ajo picado durante cinco minutos.

9Incorporar el tomate y mezclar.

10Freír el tomate a fuego muy suave moviendo a menudo hasta conseguir una salsa.

11Seguidamente, pasar el tomate frito por una batidora o un chino fino para que quede muy suave.

12Volver a poner el tomate en la sartén y agregarle el vino y rectificar la sazón.

13Echar la mitad de la salsa en el fondo de una fuente refractaria.

14Finalmente, colocar las rodajas de pescado en la fuente sobre la salsa de tomate y cubrirlas con el resto de la salsa.

15Espolvorear con el perejil y el ajo picados.

16Calentar el horno y cocinar el pescado a media potencia durante veinte o veinticinco minutos.

17Servir bien caliente acompañado con arroz blanco o al azafrán.