1Lavamos los melocotones con agua y los escurrimos.

2En todo su ancho les hacemos un corte de muy poca profundidad, haciendo toda su circunferencia, para que al asarse en el horno, la fruta no reviente.

3Los colocamos en una bandeja de horno o fuente y los rociamos con el azúcar y el resto de ingredientes.

4Los horneamos a 200 °C unos 35 minutos, sin que cojan demasiado color, rociándolos con su propio jugo para que queden bien jugosos.

5Si vemos que se doran demasiado y están aún duros, los podemos tapar con papel de aluminio para que terminen de hacerse y los prolongamos unos minutos más en el horno.

6Al sacarlos, los podemos rociar con el zumo de 1 limón para que se les suba el sabor.

7Los comemos tibios, acompañados de helado.

8El almíbar del fondo de la bandeja será una sinfonía de dulzor.