1Ponemos los mejillones en un cuenco, los cubrimos con agua fria salada y los dejamos reposar durante 1 hora.

2Los retiramos del agua y los pasamos por el chorro de agua fria y retiramos las barbas.

3Abrir los mejillones con un cuchillo afilado con cuidado de no cortarnos.

4Separamos con mucho cuidado los mejillones, colocarlos sobre una de las valvas y ponerlos en una bandeja resistente al calor.

5Mezclar el diente de ajo muy picado con el aceite, el perejil, el orégano, el pan rallado y una cucharada de agua desprendida de los mejillones.

6Sazonar con la sal y la pimienta y lo mezclamos todo.

7Repartimos la preperación anterior sobre los mejillones y los colocamos en el horno precalentado a 200 grados.

8Los gratinamos durante 5 minutos. Servimos los mejillones recien sacados del horno con los gajos de limón.