1En primer lugar, pon la harina en un bol grande y haz un agujero en el centro. Añade la levadura de panadería y el azúcar moreno. Echa una pizca de sal y el agua templada. Mezcla todo poco a poco hasta obtener una masa.

2Pon la masa en una superficie lisa espolvoreada con harina. Añade una cucharadita de aceite de oliva y amasa hasta obtener una masa suave y homogénea.

3Espolvorea un bol con harina y pon la masa. Tápala con un paño limpio y déjala reposar durante 1 hora en un lugar cálido.

4Cuando haya fermentado, pon la masa en una superficie enharinada y estírala con ayuda de un rodillo.

5Dale la forma que desees (redonda o cuadrada) y coloca la masa sobre una bandeja de horno untada con aceite.

6Añade los ingredientes que desees y hornea la pizza en el horno precalentado (calor arriba y abajo) a 220ºC durante 12 minutos aproximadamente, hasta que esté dorada.

7Consejo: Se puede hacer la masa más fina o más gruesa, dependiendo del gusto de los comensales.