1En la pescadería pide que te hagan unas rodajas gruesas de bonito.

2Quita la piel y la espina y haz tacos de bonito.

3Pon a cocer la piel y las espinas en un cazo con agua y un poco de perejil picado. Pasados 20 minutos, tendrás el caldo listo. Ve quitando la espuma blanca que va apareciendo en el caldo durante la cocción, ya que son las impurezas que va soltando el pescado.

4Pon a calentar una cazuela con un chorrito de aceite de oliva.

5Pica la cebolla y, cuando el aceite esté caliente, póchala.

6Mientras tanto, limpia el pimiento, quítale las pepitas y córtalo en rodajas.

7Pela y pica los dientes de ajo.

8Añade el pimiento y el ajo a la cazuela y sofríelos.

9Después, añade las patatas cortadas en crack, es decir, comienza a partirlas con el cuchillo y al final termina rompiéndolas. Así, durante la cocción, las patatas sueltan el almidón y el caldo espesa.

10Cocina las patatas unos minutos y, a continuación, hecha el pimentón y mézclalo bien con el resto de ingredientes.

11Riega la mezcla con el vino blanco y deja que reduzca un poco para que se evapore el alcohol.

12Después, añade la salsa de tomate y las hojas de laurel.

13Cuela el caldo de pescado.

14Riega el resto de ingredientes con el caldo hasta que las patatas queden totalmente cubiertas.

15Sala el guiso al gusto.

16Cocina a fuego lento durante 30 minutos o hasta que las patatas esté cocidas.

17Cuando estén tiernas, añade el bonito y cocínalo durante 5 minutos.

18Déjalo reposar fuera del fuego 5 minutos más para que el pescado termine de hacerse con el calor residual.

19Sírvelo caliente.