1En una cazuela, de barro de ser posible, amplia para que al revolver no se desbaraten los ingredientes, poner el aceite al fuego con el ajo machacado, (roto con la hoja de un cuchillo por presión), ya templado el aceite ir pochando la cebolla, no tiene que tomar color, (y sobre todo no se tiene que quemar pues resultaría desagradable a la vista), posteriormente añadir los pimientos picados en cuadraditos, el bonito troceado en cubos y rehogar todo el conjunto.

2Terminado el rehogo, 3 ó 4 minutos, retirar el ajo y añadir la guindilla y los tomates, sin pepitas ni piel, troceados y las papas cascadas, no cortadas, es decir se le mete un poco el filo del cuchillo y se hace un poco de palanca con el cuchillo de manera que la papa casque.

3Revolver todos los ingredientes, con mucho cuidado para no desbaratar el bonito, salpimentar y añadir agua, en la que se habrá hervido previamente las espinas del bonito, hasta cubrir todos los ingredientes, tener cociendo suavemente hasta que la papa esté tierna, unos 30 minutos, se le añade agua si fuera necesario.

4Para que engorde la salsa, machacar con una cuchara de madera uno o dos trozos de papa y dar a la cazuela un movimiento de vaivén.

5A la hora de servir poner las cuatro rebanadas de pan tostado encima del guiso.