1Calentar una cucharada de mantequilla en una sartén y, cuando esté fundida, agregar la harina, removiendo para que no se formen grumos.

2Mezclar la leche con el Marsala, e incorporar poco a poco en la sartén, sin dejar de remover, hasta que esté bien ligado.

3Sazonar y seguir removiendo sin dejar que espese demasiado, agregando, si es necesario, un poco más de leche.

4Cuando haya cocido unos minutos, retirar del fuego y dejar enfríar.

5Cocer los macarrones en abundante agua hirviendo con sal y una cucharada de aceite hasta que estén "al dente".

6Pasar por agua fría y escurrir.

7Untar una fuente de hornear con mantequilla y forrar la base con macarrones.

8Cubrir con tomate y formar capas sucesivas de tomate y macarrones.

9Cubrir la última capa de macarrones con la bechamel, espolvorear la superficie con el queso rallado y cocer a horno fuerte 5 ó 6 minutos o hasta que se dore la superficie.