1En una cazuela poner la leche con la corteza del limón y la canela, cuando empiece a hervir, retirarla del fuego, colarla con un colador fino.

2En otra cazuela, a fuego lento, fundir la mantequilla y añadir la harina removiendola constantemente, para que no se hagan grumos.

3Añadir entonces la leche colada, poco a poco y removiendo constantemente, con una cuchara de palo.

4Echar entonces tres yemas de huevo bien batidas, sin dejar de remover con energía, para que se mezcle todo de forma homogénea y evitar que se cuajen.

5Echar entonces el azúcar y continuar la cocción, a fuego muy lento, removiendo, hasta que la mezcla esté bastante espesa.

6Preparar un molde rectangular, aceitarlo y distribuir la crema de forma homogénea de manera que tenga un espesor de unos 2 centímetros.

7Colocar el molde en sitio fresco y esperar a que solidifique.

8Entonces cortarla en cuadrados de unos 5 centímetros de lado.