1Calentar las espinacas congeladas en un cazo hasta que pierdan toda el agua y escurrir muy bien.

2Sazonar con una pizca de sal y pimienta negra molia. Trocear y reservar.

3Untar con mantequilla 6 platos refractarios y repartir en ellos las espinacas.

4Cascar un huevo en cada uno de los moldes e introducirlos en el horno previamente calentado a 180º.

5Retirar los platos del horno cuando los huevos comiencen a estar un poco cuajados y espolvorear con el queso gruyère.

6Meter de nuevo en el horno y gratinar a fuego medio durante 5 minutos. Servir enseguida.