1Se vierte el medio litro de aceite en una sartén de cuenco hondo, se pone ésta al fuego y se deja calentar hasta desahumarlo, friendo en el mismo unos cuarenta trocitos de pan duro para hacer tostones.

2Cuando se vea que están dorados se sacan de la sartén y se ponen a escurrir sobre un papel absorbente para que no queden grasientos.

3El aceite en el que hemos frito los tostones lo pasamos por un colador.

4Limpiando la sartén con papel absorbente hasta que no queden migas de pan frito.

5Vertemos en la sartén siete cucharadas soperas del aceite que hemos colado junto con unas cucharadita de anís y el medio Kg. de harina, la cual freímos sin que llegue a tostarse, para que pierda el sabor a cruda.

6A continuación echamos un litro de agua caliente (se puede hacer también con leche), poco a poco para que la vaya absorbiendo la masa de harina mientras la vamos moviendo con la rasera, procurando que no se hagan grumos.

7Agregamos entonces el cuarto de Kg. de azúcar de una sola vez y vamos añadiendo poca a poco otro medio litro de agua caliente para ligarlo con la masa, según las queramos de espesas.

8No dejamos de mover en ningún momento evitando que se formen así que se formen grumos.

9Sabremos que ya están listas cuando formen un cuerpo pastoso y uniforme.

10Entonces agregamos los tostones, la miel o la leche caliente azucarada.

11Se suelen comer en la misma sartén.

12En las cantidades se ha tenido en cuenta las que han de sobrar para tapar las cerraduras.