1Cocemos la pasta en abundante agua con aceite y sal.

2Cortamos el ajo en filetes finos.

3Doramos el ajo en dos cucharas de aceite de oliva.

4Cuando los ajos estén dorados (procurar que no se quemen) se le añade la pasta.

5En la misma sartén se cascan los huevos sobre la pasta y ayudándose de una cuchara de madera cuajamos los huevos removiendo continuamente.

6Cuando falte un poquito para cuajar los huevos añadir la pimienta a gusto y bastante perejil picado finamente.

7Se sirve con queso rallado.