1Se precalienta el horno a 220 c durante unos quince minutos.

2Se parten los tomates a rodajas finas, se pica la cebolla finita, se coloca en una fuente grande y se introduce al horno.

3Mientras, se prepara una salsa con las dos cucharadas de mostaza de dijon, y la misma cantidad de aceite de oliva y vinagre.

4Se añaden especias varias de forma que la salsa quede espesa, salándola al gusto.

5Pasados unos quince minutos, se extienden las lonchas de mozzarella sobre el tomate, y se añade la salsa, que debe quedar en forma de pegotones sobre el queso.

6Se añade pimienta molida y se vuelve a introducir al horno, sin gratinador, hasta que el queso este totalmente fundido.